lunes, 27 de abril de 2009

Semana ecuatoriana en Madrí

¡Amigos, filólogos, romanos!

A ustedes, sí a ustedes, que siempre están a la caza de eventos gratuitos.

A usted, damita, y a usted, caballero, a quién no le deja dormir -en largas noches de insomnio- la terrible pregunta: ¿pero qué m$%&$@€ les pasa por la cabeza a estos ecuatorianos?

Más aún a usté, joven trabajador, que solo atina a preguntarse ¿pero... es que existe el Ecuador?

A ustedes está dirigida esta llamada:

-El octavo ángel, no mencionado en el apocalipsis, ha descendido sobre la tierra y sus señales son claras... se ha producido un hecho milagroso e impensable siquiera para los más preclaros patriarcas: el ministerio de cultura del Ecuador ha organizado algo...

-Las dos (o tres) primeras semana de el mes de mayo se realizarán varios eventos por la celebración del bicentenario de la gloriosa gesta de independencia que se dio inicio en la ínclita ciudad de San Francisco de Quito (que, a decir verdad fue un gritito de nada... pero es muy nuestro).

-Personalmente sugiero... todo... pero si dispone de poco tiempo (porque todos sabemos que la marcha madrileña no deja en paz a sus acólitos) las opciones más mejores serían:

a) Lectura de puemas de Jorge Enrique Adoum (uno de nuestros mejores puetas, aprovéchenlo antes que muera).
b) Lanzamiento de la colección de literatura ecuatoriana, en Alfaguara (Lleven euritos, por un módico precio puedo servirles de guía virgiliano por los meandros del infierno literario nacional)
c) Encuentro de creadores nómadas (algunos de nuestros mejores escritores en el "exilio")
d) Las pelis:
d1) "Crónicas" y "Ratas, ratones y rateros" de nuestro mejor director, Sebastián Cordero. La segunda es muuuuy recomendable, porque logra recrear muy bien las personalidades de Quito y Guayaquil, sierra y costa, monos y longuitos... y porque tiene una suuuuuuper banda sonora de música nacional (que tengo disponible en mi compu, por un módico precio...)
d2) "Qué tan lejos", divertida road movie... encuentro de una española y una quiteña... el problema es que los diálogos, a ratos, son muy locales... suguiero hacerse acompañar de un interprete cualificado... como yo (por un módico precio...)
d3) "Cuando me toque a mí" También es una buena película... un poco más oscura que las anteriores pero está bacán...

Para mayor información, damita y caballero, sírvase entrar en esta página wec:

http://www.casamerica.es/es/casa-de-america-madrid/agenda/comunicacion-e-informacion/republica-de-ecuador-semana-cultural-en-madrid-vive-la-independencia-todo-por-la-cultura

Ahora, si usté está sospechando que el programa es bastante restringido, que no están todos los que son... y que no están representadas ni todas la regiones, ni todas las artes... pues estoy de acuerdo. Siempre queda la cochina duda de los criterios de selección. Como comenté en el blog de los busetos, hay que cambiar de enfoque: el problema no es el regionalismo (que también es un problema, pero es el enemigo equivocado en este caso), sino el de los grupos que se forman alrededor de las peques, o grandes cuotas de poder.

Es todo lo que tengo que informar... Dios, Patria y Libertad...

Aequator delenda est

sábado, 25 de abril de 2009

El machete rabioso cayó bajo la hoja de su propia ley...

El Marcelito Villa ha hecho circular este video... está bacán... otra generación puética que, como algunos panas, no existe ya... pero que nos llenó con su presencia. Un saludo para todos los panas del Machete... y gracias por tomar en cuenta a su sevilleta...

domingo, 19 de abril de 2009

Kito kon k (o cómo me enamoré de Sal y Mileto)

A veces me entra cierto conflicto respecto a mis propios discursos sobre la ciudad. Porque no quiero reducir Quito al centro histórico, que está muy bonito pero que, al final, solo son paredes y cuadros y esculturas. Desde acá caigo en cuenta de lo compleja y maravillosamente lunática que está la ciudad. El Quito que tanta nostalgia me produce, es también la suma de personajes, momentos, sensaciones, estéticas... de todo aquello que la va construyendo cada día. Por eso he decidido que también voy a comenzar a reseñar esos momentos que fueron construyendo mi itinerario personal, mi re-descubrimiento de este pupo del mundo. Ombligo para los no-iniciados.
Lo primero sería hablar de una de las bandas memorables de los noventas... y hasta ahora. Los miletos. A esta altura de la vida, ya los puedo considerar un viejo amor, porque nos unen algunos lugares y recuerdos... aunque nunca conocí personalmente a ninguno de los tres de la primera formación. Pero ellos comenzaron en el primer lugar en que yo también empecé mi carrera teatral: el teatro Fénix que, por esas épocas, era otra trinchera del teatro emergente de Quito. E igual que a ese concierto (al que no fui), a los teatreros también nos llegaban unas treinta personas por función, en un espacio con seicientas butacas. Al final terminó convirtiéndose en algo más rentable: una iglesia evangélica.
Pero mi primer acercamiento real con la banda fue en dos obras de teatro que me sacudieron profundamente, y marcaron el camino que yo quería seguir: Ceremonia con tinta sangre y, sobre todo, Kito kon k. Todo lo que había visto hasta entonces era muy clásico... o muy latinoamericano, saturado de realismo mágico y folclore... Pero cuando vi esa propuesta, de un Kito oscuro, lleno de referencias a los barrios (Karcelén), a lo solitario que resultaba crecer en los noventas, rodeado de concreto, odio y asfalto; cuando escuché un texto que se cagaba en todo: educación, patria, familia... y cuando escuché a los miletos musicalizando la obra, en vivo, fue demasiado. Ahí descubrí la dramaturgia de Peki Andino, y las letras que ponía (junto al Paúl Segovia) para los miletos. Y empecé a seguirles, tanto en las obras del uno, como en los conciertos de los otros.
Y ahora que la banda está renovada, pues los sigo también. Con el Lucho Pelucho, el nuevo guitarrista, tuvimos una experiencia conjunta en el 2005, cuando armamos un noise vs. poesía, en el lanzamiento de mi último libro publicado. Así que las coincidencias siguen apareciendo.
Fuera de cualquier cosa, los miletos siempre serán -para mí- la banda ecuatoriana más importante. Y, aunque son orgullosamente latacungeños, son también habitantes de mi ciudad... la que se devoró a sí misma.

jueves, 9 de abril de 2009

Sobre el miedo, Ordóñez y el buen doctor Gabriel García...

http://elapestado.blogspot.com/2009/03/capitulo-114-el-apestado.html

Las puertas del infierno (o Madrid en Semana Santa)

Hoy vi a los hijos de los vencedores festejar con todos sus símbolos: cristos, vírgenes y banderas patrias.



Pero también vi a un grupito de nietos de vencidos caricaturizando, hasta la blasfemia, el camino al calvario: disfrazados de romanos y arquitectas sexis, golpeaban a un cristo bufo por la ronda de Atocha, mientras pedían plata a la gente.
Hoy caminé por Lavapiés, antigua judería, barrio tradicionalísimo y, actualmente, barrio de inmigrantes. Allí está el verdero espíritu de esta ciudad y no en los lavadísimos edificios de la Castellana.
Vi ahí mi primera casa okupa.
Vi también a la policía y a los paramédicos, llevándose a un viejo mendigo, que murió al sol de una plaza.
Me ofrecieron coca, hash, marihuana.
Por primera vez, sentí claustrofobia urbana, para donde caminara encontraba multitudes que esperaban la procesión: desde católicos observantes, hasta turístas odiosos... no sé a quienes soporto menos...
Y, como gran final, casi al llegar a mi casa, encontré esta joyita en el metro:



Hoy entendí esa frase, acuñada por esos lúnaticos vividores (bellos como ángeles fieros) de la movida madrileña: Madrid me mata...

sábado, 4 de abril de 2009

Vuelvo

Vuelvo luego del estupor, la tristeza y el silencio respetuoso ante una de las pocas muertes que tiene sentido.
Vuelvo en medio de la vorágine de una tesis que (¡horrible destino!) es una de las pocas cosas que da sentido a mi vida, por ahora.
Vuelvo también para intentar exorcizar, en algo, esta nostalgia inmensa por Quito... intentando caminarla con mis palabras... habitarlo desde mi melancolía... construirlo desde mi discurso... por eso cuento los días que me separan de ella, de volver a hacer mis rutas, de contarle a la gente por qué amo a esa ciudad... Aunque las instituciones oficiales no nos paren bola... aunque prefieran siempre aceptar proyectos de grupitos de artistas de tele para crear personajes tradicionales... aunque no tengan idea de nada...
Vuelvo porque estoy mamado de escuchar a mis coterráneos acá despotricar contra un país que algo les habrá dado, porque estoy harto de ver a la gente deslumbrada por el dinero... y unas cuantas ruinitas... y vuelvo porque creo que allá está todo por hacer...
Vuelvo al país de los colibríes... con más ganas de hacer cosas, de armar proyectos, de cumplir sueños...