domingo, 22 de marzo de 2009

Ofelia city (una más)

La mañana se ha roto en miles de pájaros funestos. Todo se va cubriendo de alas que se baten, de plumas, de guano brillante. En las plazas es imposible caminar entre tantos pichones que devoran la basura. La ciudad es un espejismo de proyectos urbanísticos y pasos elevados. Pero he dicho que la mañana se ha roto en mil pedacitos de color acerado. Pareciera que nunca se hubiese hecho la luz. Las luminarias de la calle aún permanecen encendidas y los borrachos de la madrugada aún se obstinan en beber sus nostalgias.

Sentado en la acera, solo, en medio de una tormenta, recuerdo a todos los que compartieron su infancia conmigo. Hace poco encontré al Funda. Lo vi mucho mejor. Fue desintoxicado por una secta evangélica y lo han convertido en un pelele que solo atina a recitar versículos. Pero lo mantienen con vida. Cuando intentó convencerme de que jehová tenía un plan específico para mí, le di un enorme abrazo y me marché. No soporto ver lo que la vida ha hecho con aquellos a quienes quise. Lo que ha hecho conmigo, también. Es una broma gigantesca.

¿Qué me queda? Esta ciudad, una crónica de vidas que se construye, destruye y restituye hasta el infinito. Un monstruo de concreto y asfalto que se va expandiendo por los valles que, hace mucho, fueron verdes y generosos. El paisaje se va llenando de grandes depósitos industriales, y chimeneas, y autopistas cada vez más rápidas. Y aquí me quedo yo, anacrónico, como único vestigio de un tiempo que está comenzando a irse. Es divertido constatar que hablas en un lenguaje que los más jóvenes ya consideran pasado de moda. Muchas cosas que recuerdo con cariño, son completamente desconocidas para ellos. Alguna vez, un adolescente punk me encontró por la calle, escuchando a los pistols en mi ipod.

- Oye, ¿qué escuchas?
- Punk.

Primero fue el gesto de incredulidad, y luego la satisfacción de saber que teníamos algo en común.

- ¿Qué grupo?
- Sex Pistols.
- (…)
- ¿Nunca los has escuchado?

Misericordiosamente, le paso los audífonos. Los toma con curiosidad y escucha atentamente. Luego hace una mueca irónica y me los devuelve.

- ¡Suenan muy viejos!

lunes, 9 de marzo de 2009

A.C. in memoriam...

Al final de todo solo queda el silencio. Imperturbable desde el origen de las cosas.
Este blog, y su autor, hacen un homenaje al amigo, al funámbulo y al prestidigitador. Al lector insaciable de libros de caballerías y literatura medieval. Al señor conde de Krutoy, a Crestnor Datsá, al compañero de esa aventura desmesurada que fue la revista Ourovourus.
De ese "monstruo de la naturaleza", solo me queda el recuerdo de sus dedos acercándose amenazadoramente a mis cachetes, para aprisionarlos entre ellos, como si fueran una tenaza, y saludarme con su conocidísimo: "ñigo, ñigo, ñigo..." o su muy irreverente "soy un poeta radical, con un tatuaje tribal..." con el que me hacía morir de iras. Nos quedan también algunos textos dispersos que dan cuenta del que fue un poderosísimo intelecto...
Ahora es uno más de la ya larga lista de queridos amigos que decidieron salir de esta vida por sus propios pies... y él nos ganó la partida final, pues -tal cómo lo planeábamos en nuestras interminables borracheras (aunque él era por demás sobrio)- conseguirá permanecer adolescente por siempre... mientras que al resto no nos queda otra cosa que vivir este simulacro...
Eso es lo que resta... y para nosotros, los vivos, los que sentimos esa pérdida como una mutilación, como un suave dolor que corre por el cuerpo... un abrazo desde acá...

Breve actualización: me han hecho llegar la dirección del blog donde está la última carta de mi amigo. Creo que es un texto inteligente, sereno y estético. A mí me reconforta leerlo. El pana jamás dejó de ser quién siempre fue. Y eso se respeta mucho...
Nueva actualización: he encontrado varios homenajes para Andrés... lo que da cuenta del hermoso ser humano que es, porque está allí, en la memoria y el cariño de los que lo conocieron... pueden verlo aquí, aquí y aquí...

martes, 3 de marzo de 2009

Malinchismo

Siempre me ha seducido este concepto tan mexicano. Y a pesar de que Octavio Paz y Carlos Fuentes ya lo han reflexionado, yo me atrevo también a hacerlo. Muchos historiadores ya han redimido la imagen de doña Marina, como la de una mujer de su época, como hija noble de un pueblo sometido, atrapada en el enfrentamiento de dos imperios... pero el concepto de malinchismo sigue vigente. Yo lo entiendo como una actitud frente al otro, al foráneo. Como una forma colonialista de relacionarse con el mundo. Y así como parte del mundo "occidental", europeo y norteamericano, mantiene una visión de "conquistador civilizado" que tiene que expandir su verdad, a sangre y fuego, muchos de nosotros mantenemos una actitud de "buenos salvajes".
Empezaría por ese "nosotros" que, sospecho, utiliza perversamente el "nosotros" excluyente del quichua. Muchas veces he escuchado, en mi país, algo como: "es que así somos nosotros, por eso seguimos siendo tercermundistas", seguido de un profundo suspiro. Ese "nosotros" evidentemente implica un "yo me excluyo, pero digo nosotros para no sonar tan mal". Si esto ya me saca de casillas, es peor escuchar el "es que en Europa (o Estados Unidos) no es así". ¡Acabáramos! es cuando me dan unas ganas de darme la vuelta y decirle "entonces vaya usted para allá y viva feliz entre sus iguales".
Siglos y siglos de convencernos de que somos menos que el resto ha hecho sus estragos: familias que se entregan con pasión al "gringuito" o "gringuita" que uno de sus vástagos ha logrado cazar y casar, "para mejorar la raza"; operaciones de nariz de nuestros connacionales en Europa, para verse más "bonitos". Incluso hay quien aconseja que es mejor presentarse como colombiano, o mexicano, o cubano, o lo que sea... menos como ecuatoriano, "para ligarse chicas".
Y la culpa está, completamente, en nosotros. Yo, por lo menos, ya estoy harto de escuchar a un montón de gente despotricar contra la llacta, deslumbrados por Europa. Y no se puede negar que acá algunas cosas están mejor. Pero de ahí a idealizarlo todo... acá también hay pobreza, acá también hay problemas... si uno ha decidido quedarse acá, pues tiene todo el derecho... pero echar mierda sobre su país, eso no me parece justo...
Releo la entrada, y me doy cuenta que va evolucionando hacia un hate blog... pero ya nada...
Me molesta también otro grupo de navegantes de internet... adolescentes hijos de emigrantes que saturan de comentarios racistas el you tube, o los blogs. Uno busca a... Segundo Rosero, por ejemplo, y por allí salta un comentario: "son indios susios, por eso son así, feos..." uno abre el perfil y es alguien que invariablemente vive en España o Estados Unidos. ¿Los culpo a ellos? Para nada... son el resultado de siglos de acomplejamiento y que aún responden a la vieja máxima de "longuéalos para que no te longuéen a ti".