viernes, 4 de diciembre de 2009

cuatrocientossetentaycincoaños

- Me jode ver a toda una ciudad intentando parecer lo que no es, gritándole a todos "vean, vean que sí somos españoles y civilizados". De pronto la ciudad se llena de espectáculos de flamenco, y toros, y manolas... seguramente somos el hazmerreir del resto del mundo.
- Me cabrea ese grupúsculo de aniñados que piensan que somos estúpidos y dicen "solo es una fiesta" y "¡viva Quito!" para justificar todo el racismo, complejo y violencia que se esconde tras la "fiesta taurina".
- Me emputan también los que piensan que con subirse a una chiva y emborracharse ya son quiteños o quiteñas. Pequeña actualización: es peor este año porque las chivas se salieron del clóset y ya ni siquiera intentan aparentar que son de acá (con bandas de pueblo y música nacional) sino que, descaradamente, se convirtieron en discotecas raeggetoneras sobre ruedas.
- Me tiene hasta el cogote como se intenta ocultar, una y otra vez, el mundo andino... incluso entre los que, supuestamente, lo rescatan... pero únicamente para justificar sus posiciones izquierdoanarkoecologopunkeras.
- Fiesta anual de complejos que exorcisamos con una megaborrachera, ocultando una historia milenaria bajo 475 años de falsa nobleza, blanqueamiento, destrucción, mojigatería, reinitas, toreros...

... yo mejor me voy a pasar las festividades en otra ciudad, esperando que el deportivo Quito sea campeón este año... y, mientras tanto, les dejo este artículo de inciclopedia y esta cancionsasa de los cadillacs:




V Centenario

Quiero vivir en América,
quiero morir en América,
quiero ser libre en América,
me van a matar en América.

El V centenario, no hay nada que festejar,
latinoamericano descorazonado,
hijo bastardo de colonias asesinas.
Cinco siglos no son para fiesta
celebrando la matanza al indigena.

Falsos estandartes en las carabelas
cruzando océanos, la decadencia,
hispanoamerica se viste de fiesta
celebrando la matanza al indigena.

¡No hay nada que festejar!
Juventud de América, no debemos festejar,
colonia imperialista teñida de sangre,
sangre nativa, sangre de la tierra.

Donde el indio nació y no pudo conservar,
donde el indio murió y creció sueños de libertad.

¡No hay nada que festejar!

martes, 1 de diciembre de 2009

El ferrocarril más difícil del mundo (II): El Tambo - Coyoctor

A pesar de haber viajado durante la noche hacia Ambato, y a pesar de tener que levantarme apenas cuatro horas después para llegar temprano a la población de El Tambo (en la provincia del Cañar), empecé esta jornada con ánimo. Cuando acepté trabajar en este proyecto lo hice con la misma emoción que, desde niño, ha despertado en mí el tren ecuatoriano. No sé si es esa sensación de imposibilidad que siempre tuvo para mí la idea de viajar en un tren, o el encanto de esas máquinas tan obsoletas, deteniéndose en estaciones fantasmales que iban muriendo de a poco.

Un durmiente es solo un pedazo de madera, y las vías únicamente hierros viejos. Sin embargo todo parece embriagarse de sentido al paso del autoferro.
Lo que encontré en El Tambo fue sorprendente: una estación renovada, con un centro cultural y un restaurante a un lado. En un recorrido de apenas tres kilómetros, me sentí invadido de nostalgia: viajar en un autoferro y desembarcar en medio de un complejo arqueológico es una experiencia única.
En el Baño del Inca las casas mestizas se levantan sobre un suave suelo de arenisca labrada, que parece desvanecerse al paso del viento.

El Tambo, definitivamente, es un lugar al que quiero volver. El tren es como una vieja historia: lo puedes repetir cientos de veces e igual lo disfrutarás. Dejarlo morir sería como dejar morir una buena parte de nosotros… aunque suene a panfleto, estoy convencido de que así es.

viernes, 13 de noviembre de 2009

El ferrocarril más difícil del mundo: introducción.


Utilizo el mismo lugar común que se ha utilizado durante años para designar al sistema de trenes del Ecuador, pero no me quiero referir con ello a la empresa casi inverosímil que resultó el diseñarlo y construirlo, ni tampoco (¡que el divino azar me libre de aquello!) a los esfuerzos del actual gobierno por resucitar ese cádaver polvoriento. Más bien creo que sigue siendo el más difícil del mundo, en cuanto tiene todo en contra, incluyendo a los mismos ecuatorianos: el saqueo que han sufrido los trenes (desde los altos jefes, hasta del más humilde mecánico o brequero), han convertido al antiguo orgullo de nuestro país en un perro cadavérico que escarba en la basura. Comienzo con esta entrada una serie de textos, con mis impresiones del estado del tren ecuatoriano, y con una semblanza de las anécdotas, de los personajes y la añoranza que van quedando en aquellos lugares por donde aún pasa el autoferro, y en aquellos por donde no pasa más.

martes, 10 de noviembre de 2009

Veinte años de la Espada de Madera

Me crié, teatralmente, con la Espada de Madera y con ellos compartí ocho años de mi vida. En todo este tiempo hemos mantenido una amistad y un respeto profesional que me honra. Por eso, compartiré con ellos en sus celebraciones de aniversario. Les invito, a los que puedan, a las funciones que se realizarán en el teatro Variedades. Va a ser un gusto volver a presentar "Al pie de la campana", un espectáculo que estrenamos hace once años...

jueves, 22 de octubre de 2009

¡Solo por hoy!

¡No se lo pierdan! Hoy leo puesía, en el ciclo de lecturas de la "Nueva Poesía Ecuatoriana", en el centro cultural Benjamín Carrión (Washington y Páez, esq.). Para los que vayan, haré una selección de los libros anteriores, una lectura de t ...extos del "Ofelia city", mi nuevo libro, y se regalarán ejemplares del libro invendible (porque nunca lo puse en librerías): "C".

miércoles, 21 de octubre de 2009

¿La tradición es estática?

Hace algún tiempo, un lector del blog me hizo llegar una carta, denunciando que la nueva administración del colegio, donde estudié y enseñé por más de diez años, había decidido bautizar el aula temática de ciencias sociales con el nombre del presidente Eloy Alfaro. Entre sus razones, muy respetables aunque no del todo compartidas por este humilde servidor, estaba el recuerdo (muchas veces retomado) de los ataques liberales al colegio San Gabriel.
Hasta ahí todo bien, no tengo ningún problema en decir que me parece que se está haciendo inmenso un asunto que no lo es. ¡Deberíamos estar orgullosos que, nuevamente, sea el San Gabriel el que lidere un proceso de reconciliación nacional! Simbólicamente, este homenaje sería un abandono del sectarismo, para reconocer los logros de un gran estadista.
Pero no tardó en aparecer ese colegio oscuro, inquisitorial, franquista, que al son de trompetas de la falange pretende reducir el mundo a malos y buenos. Una carta enviada al provincial de la Orden por un exalumno (exalumno mío también) donde, de una manera maniquea para mí, se trata de desvalorizar procesos esducativos de los últimos años, ha sido el detonante.
Lo aclaro, no escribo esto porque yo mismo haya sido acusado de irreverente por realizar una refexión sobre el cuadro de la Dolorosa (ojo, una cosa es un cuadro, y otra muy distinta la devoción que de este emane), sino porque creo que es necesario pensar en una educación que libere y una religión que estimule el diálogo y que se aleje de las supersticiones. Porque es así: si al cuadro de la Lolita le damos un valor per se, en nada nos estamos distiguiendo de aquellos que van al convento de Santa Catalina para sentarse en la "banquita milagrosa" para tener un hijo. Es la interseción de la venerable Catalina de Jesús (en el caso de la banquita), o de la Virgen (en el caso del cuadro) los que conectan al creyente con Dios, y únicamente con Dios. Todo lo demás es superstición y en nada se diferencia de adorar montañas o piedras.
Estoy muy de acuerdo en la carta de respuesta del jesuita Tomás Serrano: yo también estoy en contra de la "falsa devoción", como también de los falsos discursos de "gabrielinidad" que solo han producido gran cantidad de soberbios intelectuales pedantísimos, esoberbecidos de su propia genialidad. Si piensan que yo mismo soy uno de estos casos, no lo podría negar.
Entendámoslo de una vez: el San Gabriel actual no es el mismo de hace cincuenta, cien o ciento sesenta años. Las condiciones son distintas, los alumnos son distintos... seguir lloriqueando porque el colegio ya no educa a las élites económicas del país es estéril. Yo, por mi parte, apoyo este proceso de cambio y, espero, que dejemos atrás el miedo a una "educación liberadora", para volver a suspirar por García Moreno (otro gran estadista... pero de hace dos siglos). Por suerte, nadie podrá acusarme de oportunista o lambiscón, porque desde hace más de un año que no tengo ninguna relación laboral ni con el cole, ni con los jesuitas. Y tampoco pretendo tenerlo en un futuro cercano.

lunes, 19 de octubre de 2009

Recitales puéticos (en la casa Carrión, Paez y Washington, esq.)



• Martes, 20 de octubre
Hora: 19:00
Poetas: César Eduardo Carrión, Fernando Escobar Páez y Rocío Soria.

• Jueves, 22 de octubre
Hora: 19:00
Poetas: Javier Cevallos, Freddy Ayala y Javier Lara.


• Martes, 27 de octubre
Hora: 19:00
Poetas: Luis Carlos Mussó, Carlos Vallejo.

• Jueves, 29 de octubre
Hora: 19:00
Poetas: Santiago Vizcaíno, Ana Minga, Juan José Rodríguez.

Hora: 20:30
Evento performático de Javier Cevallos.

jueves, 8 de octubre de 2009

El último video de Fragua

El Sebas cree firmemente en la música. También cree en que algunas cosas (muchas) están mal. Y es coherente con eso. Lo conocí por su trabajo en Quitsato, una organización que trabaja para rescatar los conocimientos astronómicos ancestrales y que, durante algunos años ya, ha denunciado el problema grave de las canteras ilegales en el sector de San Antonio de Pichincha. La avaricia de los comerciantes de ripio, y la complicidad de todos nosotros (que compramos y construimos con ese ripio, sin que nos importe de dónde sale) está acabando no solo con la salud de los habitantes del sector, sino también con los cerros que fueron utilizados por nuestros ancestros para sus observaciones del cosmos y para la determinación, exacta y verdadera, de la línea equinoccial (200 metros a un lado de aquel lugar que nos venden como "la mitad del mundo").
Así que les dejo el último video de Fragua, el grupo musical del Sebas...

Fragua,
La mina.

martes, 29 de septiembre de 2009

duele...

Duele profundamente cuando ves que otros se aprovechan de un trabajo que, durante ocho años, ha sido construido con respeto, disciplina y, sobre todo, con un amor que no alcanza en el pecho. Duele cuando utilizan tu nombre (y el de la gente que trabaja contigo), para llevar a estudiantes a rutas mal diseñadas, incumplidas, desorganizadas. La competencia no nos molesta, al contrario, nos ayuda a mejorar... pero duele que esa competencia sea tan mediocre que termine perdiendo (para ellos y para nosotros) museos, colegios y amigos.
Hoy, por tercera vez en este mes, Sandrita (nuestra jefa de ventas) escuchó el reclamo airado de una profesora, a causa de lo mal que habíamos tratado a sus alumnos el año pasado, al dejar a 120 muchachos sin poder entrar a un museo del centro histórico. Ya antes, en otro colegio, le habían cerrado la puerta, acusándola de ser una estafadora.
Los amigos que han creído en nosotros, durante todo este tiempo: usuarios de nuestras rutas, directores y trabajadores de museos, priores y religiosos, profesores y alumnos amantes de Quito... estarán tan sorprendidos de esto como yo.
Y es que esas rutas no las ha realizado Quito Eterno, sino un grupo de aprovechados que (y esto es lo peor) se presentan como parte de nuestra fundación, utilizando incluso el nombre de la Sandrita.



Así que escribo esta pequeña entrada de parte de Pablo, Gaby, Édgar, Lucía, Lenin, Lorena, Sandra, Natalia, Carmen, María Isabel, Paquito, Consuelo y yo. La escribo, también, de parte de todos los amigos y compañeros que dejaron tanto en este sueño, durante estos ocho años. Y la escribo para apelar a todos nuestros amigos, para que difundan esta noticia y alerten a profesores, directores y rectores de los colegios de la ciudad, para que se aseguren de que las personas que llegan a ellas en nombre de Quito Eterno les estén diciendo la verdad.

Gracias a todos y todas.

Javier Cevallos Perugachi

El diablo
Gaspar de Mogrovejo y Ango
El Danzante

sábado, 26 de septiembre de 2009

Sol en Quito

Hoy vuelvo al blog, después de reencontrarme con mi país y asimilar todo lo que ha venido encima. Porque, aunque no parezca, uno tiene que volver a colocarse.
Hoy volví, también, a las rutas para colegios y empecé con el Gonzaga. ¡Cómo describir la felicidad que uno siente al volver a trabajar con los muchachos! Debe ser parecido a reencontrarse con un viejo amor: todo es igual, pero también es diferente. Espero no haber matado de cansancio a los estudiantes: estaba tan emocionado que mandé datos en cantidad. Al final, creo que ese jesuítismo en que me eduqué me sale por todos lados.
Fue interesante volver al Centro Cultural Metropolitano, ha cambiado tanto que estaba perdido como pijama en luna de miel, así que cada sala era una sorpresa para mí. Como estaba sacando a la calle un personaje nuevo (Gaspar de Mogrovejo, estudiante de la universidad de San Gregorio), durante el recorrido encontré a un par de personas que me miraron con sorpresa y me preguntaron por el Diablo...



Creo que siete años han sido un buen ciclo, así que voy a dejar al Supay en descanso por un tiempo, y solo sacarlo a ruta bajo pedido. Así jugaré un poco más con este estudiante... y con un danzante que me anda llamando desde lo profundo... como el bisabuelito Perugachi que está pugnando por salir...

lunes, 15 de junio de 2009

Revista Big Sur (Argentina)

Ahora que ya terminé la tesis (que me sacó la madre, para qué mentirles...), pues prometo ponerme al tanto del blog. Por ahora dejo un enlace a un pequeño texto mío, publicado en la revista Big Sur.

miércoles, 3 de junio de 2009

Ofelia city ¿la 5? ¿la 6?

El sexto sociales del glorioso 93... aunque falta casi la cuarta parte del curso. Su servilleta está abajo, casi espalda contra el piso.

Todos sentían el mismo placer oculto al dar el nombre del colegio en el que estudiaban, una de esas instituciones tradicionales cuyos orígenes se remontaban al inicio de la colonia, cuando la ciudad no era más que un montón de bohíos -a imitación de los de los naturales- y muros sillares para las futuras iglesias.
Aún podían percibir el respeto que el nombre contenía, como si el mero hecho de haberse graduado allí los convirtiera en el hombre más inteligente de la habitación. Todos sabemos lo que hay detrás de esto: una necesidad imperiosa de ser amados o, en su defecto, respetados, temidos, aclamados… Lo único que nadie puede soportar es el rechazo, el quedarse siempre en segunda fila. Hacer una broma y que nadie se ría. La vida se va convirtiendo en un juego de sonrisas, en un constante salir del rincón. Porque cuando por fin logras hacerte paso entre las multitudes borrosas, sale una mano misericordiosa y te vuelve a jalar para atrás. Es una vida de boutique cara: con etiquetas que cuelgan de un abrigo, que jamás dejará de ser un abrigo. Aunque cueste un horror.
Mencionar aquel nombre era pasar a formar parte de una tradición, de un historia. Y de eso estábamos todos necesitados. En un lugar donde siempre te repitieron que no tienes nada, que no eres nada. Huairapamushcas. Hijos del viento. Así que hay que aferrarse a algo. Cuando piensas en tu ciudad, imaginas grandes iglesias de hace trescientos o cuatrocientos años, jamás en el edificio ultramoderno de la calle de al lado. Porque lo que te es cercano no te emociona, no te sorprende. Pero Cepo parecía sorprenderse por todo. Había noches, cuando bajábamos a la plaza Foch, remozada hacía poco en el corazón mismo de la Zona, en que se quedaba parado en medio de la noche helada, mirando asombrado un nuevo lounge, y las lucecitas que brincaban en las terrazas cubiertas, donde los aniñaditos de la ciudad parecían vivir a su propio ritmo, mientras el resto pasaba de largo, en medio de la llovizna. Su contemplación podía resultar tan intensa que los demás nos íbamos nomás, sabiendo que él nos alcanzaría después. O talvez no, vaya uno a saber. Para los que no lo conocían podía pasar por ingenuo, pero de esa ingenuidad que raya en la estupidez.

martes, 19 de mayo de 2009

El colegio San Gabriel

Vuelvo luego de un tiempo entregado completamente a mi tesis, con una nueva entrada vanidosa, que no pude evitar después de leer la noticia: el San Gabriel de mis amores ha conseguido los promedios más altos en los examenes generales que tomó el ministerio de educación, el año pasado, entre colegios de la sierra, en matemáticas y lenguaje.
No puedo negar que este hecho me toca las fibras más sensibles de la egoteca... ya que por más de siete años estuve a cargo de la literatura ecuatoriana, y cinco más dirigiendo el grupo de teatro del colegio. Es gracioso que todo vaya coincidiendo: con mis compañeros de generación (el glorioso 1993) hemos estado planeando hacer un reencuentro en el mismo lugar donde nos hicimos bestias el día de nuestros juegos pirotécnicos... y seguimos hablando las mismas tonteras que cuando nos graduamos...

En ese sentido no puedo negar las virtudes de mi colegio, a pesar de que he sido muy crítico con aquello que considero un desacierto. Pero siempre lo he defendido de los "agoreros del desastre" que año con año sueltan su memorable frase:

- dicen que el colegio ya se fue a la mierda...

Lo que nadie puede negar es la marca que el colegio deja a cada uno, para bien o para mal (porque también conozco a muchos que, con el solo recuerdo, huyen despavoridos, y lo entiendo: es muy difícil crecer en un grupo de adolescentes varones: la gente puede llegar a ser muy cruel). Y es que esos seis años son muy intensos en varios sentidos. Para algunos es la Lolita, para otros no... o su paso por los tradicionalísimos clubes de teatro o andinismo... o los deportes... o los profesores memorables: Guido Poveda, el doctor López, el muerto González, Jorge Uribe, el padre Acosta, el suco Ribas... Están los que salieron más izquierdosos y ateos que el Che en persona, y están los otritos, que han engrosado las líneas del conservadurismo más recalcitrante: ARNE, TFP, Legiones blancas y demás flores olorosas... En lo personal, el colegio me marcó en lo que quería hacer: los seis años en el grupo de teatro me condenaron fatalmente a la profesión.
Pero si hay algo que no soporto es esa vanidad tan jodida que nos meten, con eso de ser líderes y demás. Fenómeno acentuado entre los sociales: eso de los tres libros mal leídos es un problema: tienes que llegar la universidad para romperte las muelas contra el mundo... y, a veces, ni así... Hay una suerte de autosuficiencia pesadita, de intelectualidad posuda, de actitud de pueta de cafetín... que nos cierra al mundo, porque el San Gabriel es lo mejor y punto. Incluso desde lo interno: siempre me pareció molestosa esa división entre los gabrielinos "de primera": teatreros y andinistas, caballeritos gabrielinos que participan en todas las actividades, oradores y seudo filósofos, contentados con lo que hacen sin ver más allá de la avenida América. Todo el resto son los gabrielinos de "segunda", los que no se acoplaron, los calladitos, los que desaparecen entre la multitud, lo que no pertenecieron a nigún grupo de "elegidos"...
Mielda, que se extraña el colegio...

miércoles, 6 de mayo de 2009

Mi encuentro con Bobi


Martes, en medio de una semana veraniega, repleta de colores... y calores. Sin embargo, por dentro todo está muy gris. Una tristeza impertinente me embarga en esta ciudad de la que ya me estoy despidiendo. Descubro en mi blog roll lo increíble: un querido amigo - y maestro- Sergio Mercurio, el titiritero de Banfield ¡tiene una única presentación en Madrid! Es cuando uno dice que debe existir cierto orden cósmico en medio del caos de la existencia: era justo lo que me hacía falta. La ternura, la risa y la poesía de Sergio es una de esas cosas que la vida te regala para que recuerdes que vale la pena estar en ella. No he visto a Sergio desde el 2007, cuando estrenó Viejos, en el teatro Sucre. No hemos podido conversar por largo tiempo desde el 2000, cuando trabajaba en el grupo de titiriteros que formó en Quito. Y no he podido ver una obra suya desde hace fuuu... porque en Ecuador se agotan siete funciones seguidas, en un teatro de seicientas butacas. Lo que siempre me recuerda la primera función en que lo vi, en el Patio de Comedias, cuando solo estábamos treinta personas...

Así que no podía dejar de escapar esta opotunidad y fui a buscar la facultad de Bellas Artes de la Complu. Iba decidido a encontrar un lugar discreto entre el público, para que Sergio no me viese: nunca se sabe qué efecto puede causar ver a un viejo amigo, en otro país... pero deseché la idea en cuanto entré al auditorio: habrían unas cincuenta personas... así que me fui a primera fila, nomás.
En cuanto empezó el espectáculo recordé tantas experiencias maravillosas, tantos amigos, todo lo que removió en mí el trabajar con Sergio. Por suerte, aún no había reparado en mi presencia. Pero cuando salió Bobi, fue otra cosa. Mientras el suco ese (rubio como decimos en mi tierra) se metía con el público, yo empezaba a acomodarme y disfrutar del encuentro. De repente Bobi se paró cerca de mí, giro y me clavó sus ojos de un verde intenso. Nunca me había fijado en su mirada. Descarado como es, me sostuvo la mirada un buen rato... y vi allí todo el cariño del mundo, la alegría del encuentro, la nostalgia de los recuerdos comunes, la emoción de vernos acá, tan lejos...


Le robé una foto de la página web de Sergio.

- ¡Che, Javi! ¿Qué hacés acá?

Y me dio un abrazo, y yo lo abracé a él, como a un hermano: nos dimos el beso en la mejilla, de rigor... y me empezaron a salir las lágrimas.

- Chau, nos veremos gente... nos vemos Javi... ojalá que en Quito...

Ojalá Bobi.

No había visto a la abuela Margarita desde el 2000, antes de que muriera mi abuela, poco antes que estrenásemos "Juego de manos..." con el grupo Villanos.

La abue.

No puedes dejar de conmoverte con esta abuela, tan abuela: intentando casar a todo el mundo, fregándose las rodillas, despotricando contra todo... y poniendo cara de susto cuando el nieto le confiesa que quiere ser titiritero (igual a la cara que puso la mía). Pero cuando el titiritero se durmió en su regazo y la abuela acarició su cabeza para darle su bendición... extrañé como nunca a la Bachita... y a la Rosita...

Gracias Sergio.

lunes, 27 de abril de 2009

Semana ecuatoriana en Madrí

¡Amigos, filólogos, romanos!

A ustedes, sí a ustedes, que siempre están a la caza de eventos gratuitos.

A usted, damita, y a usted, caballero, a quién no le deja dormir -en largas noches de insomnio- la terrible pregunta: ¿pero qué m$%&$@€ les pasa por la cabeza a estos ecuatorianos?

Más aún a usté, joven trabajador, que solo atina a preguntarse ¿pero... es que existe el Ecuador?

A ustedes está dirigida esta llamada:

-El octavo ángel, no mencionado en el apocalipsis, ha descendido sobre la tierra y sus señales son claras... se ha producido un hecho milagroso e impensable siquiera para los más preclaros patriarcas: el ministerio de cultura del Ecuador ha organizado algo...

-Las dos (o tres) primeras semana de el mes de mayo se realizarán varios eventos por la celebración del bicentenario de la gloriosa gesta de independencia que se dio inicio en la ínclita ciudad de San Francisco de Quito (que, a decir verdad fue un gritito de nada... pero es muy nuestro).

-Personalmente sugiero... todo... pero si dispone de poco tiempo (porque todos sabemos que la marcha madrileña no deja en paz a sus acólitos) las opciones más mejores serían:

a) Lectura de puemas de Jorge Enrique Adoum (uno de nuestros mejores puetas, aprovéchenlo antes que muera).
b) Lanzamiento de la colección de literatura ecuatoriana, en Alfaguara (Lleven euritos, por un módico precio puedo servirles de guía virgiliano por los meandros del infierno literario nacional)
c) Encuentro de creadores nómadas (algunos de nuestros mejores escritores en el "exilio")
d) Las pelis:
d1) "Crónicas" y "Ratas, ratones y rateros" de nuestro mejor director, Sebastián Cordero. La segunda es muuuuy recomendable, porque logra recrear muy bien las personalidades de Quito y Guayaquil, sierra y costa, monos y longuitos... y porque tiene una suuuuuuper banda sonora de música nacional (que tengo disponible en mi compu, por un módico precio...)
d2) "Qué tan lejos", divertida road movie... encuentro de una española y una quiteña... el problema es que los diálogos, a ratos, son muy locales... suguiero hacerse acompañar de un interprete cualificado... como yo (por un módico precio...)
d3) "Cuando me toque a mí" También es una buena película... un poco más oscura que las anteriores pero está bacán...

Para mayor información, damita y caballero, sírvase entrar en esta página wec:

http://www.casamerica.es/es/casa-de-america-madrid/agenda/comunicacion-e-informacion/republica-de-ecuador-semana-cultural-en-madrid-vive-la-independencia-todo-por-la-cultura

Ahora, si usté está sospechando que el programa es bastante restringido, que no están todos los que son... y que no están representadas ni todas la regiones, ni todas las artes... pues estoy de acuerdo. Siempre queda la cochina duda de los criterios de selección. Como comenté en el blog de los busetos, hay que cambiar de enfoque: el problema no es el regionalismo (que también es un problema, pero es el enemigo equivocado en este caso), sino el de los grupos que se forman alrededor de las peques, o grandes cuotas de poder.

Es todo lo que tengo que informar... Dios, Patria y Libertad...

Aequator delenda est

sábado, 25 de abril de 2009

El machete rabioso cayó bajo la hoja de su propia ley...

El Marcelito Villa ha hecho circular este video... está bacán... otra generación puética que, como algunos panas, no existe ya... pero que nos llenó con su presencia. Un saludo para todos los panas del Machete... y gracias por tomar en cuenta a su sevilleta...

domingo, 19 de abril de 2009

Kito kon k (o cómo me enamoré de Sal y Mileto)

A veces me entra cierto conflicto respecto a mis propios discursos sobre la ciudad. Porque no quiero reducir Quito al centro histórico, que está muy bonito pero que, al final, solo son paredes y cuadros y esculturas. Desde acá caigo en cuenta de lo compleja y maravillosamente lunática que está la ciudad. El Quito que tanta nostalgia me produce, es también la suma de personajes, momentos, sensaciones, estéticas... de todo aquello que la va construyendo cada día. Por eso he decidido que también voy a comenzar a reseñar esos momentos que fueron construyendo mi itinerario personal, mi re-descubrimiento de este pupo del mundo. Ombligo para los no-iniciados.
Lo primero sería hablar de una de las bandas memorables de los noventas... y hasta ahora. Los miletos. A esta altura de la vida, ya los puedo considerar un viejo amor, porque nos unen algunos lugares y recuerdos... aunque nunca conocí personalmente a ninguno de los tres de la primera formación. Pero ellos comenzaron en el primer lugar en que yo también empecé mi carrera teatral: el teatro Fénix que, por esas épocas, era otra trinchera del teatro emergente de Quito. E igual que a ese concierto (al que no fui), a los teatreros también nos llegaban unas treinta personas por función, en un espacio con seicientas butacas. Al final terminó convirtiéndose en algo más rentable: una iglesia evangélica.
Pero mi primer acercamiento real con la banda fue en dos obras de teatro que me sacudieron profundamente, y marcaron el camino que yo quería seguir: Ceremonia con tinta sangre y, sobre todo, Kito kon k. Todo lo que había visto hasta entonces era muy clásico... o muy latinoamericano, saturado de realismo mágico y folclore... Pero cuando vi esa propuesta, de un Kito oscuro, lleno de referencias a los barrios (Karcelén), a lo solitario que resultaba crecer en los noventas, rodeado de concreto, odio y asfalto; cuando escuché un texto que se cagaba en todo: educación, patria, familia... y cuando escuché a los miletos musicalizando la obra, en vivo, fue demasiado. Ahí descubrí la dramaturgia de Peki Andino, y las letras que ponía (junto al Paúl Segovia) para los miletos. Y empecé a seguirles, tanto en las obras del uno, como en los conciertos de los otros.
Y ahora que la banda está renovada, pues los sigo también. Con el Lucho Pelucho, el nuevo guitarrista, tuvimos una experiencia conjunta en el 2005, cuando armamos un noise vs. poesía, en el lanzamiento de mi último libro publicado. Así que las coincidencias siguen apareciendo.
Fuera de cualquier cosa, los miletos siempre serán -para mí- la banda ecuatoriana más importante. Y, aunque son orgullosamente latacungeños, son también habitantes de mi ciudad... la que se devoró a sí misma.

jueves, 9 de abril de 2009

Sobre el miedo, Ordóñez y el buen doctor Gabriel García...

http://elapestado.blogspot.com/2009/03/capitulo-114-el-apestado.html

Las puertas del infierno (o Madrid en Semana Santa)

Hoy vi a los hijos de los vencedores festejar con todos sus símbolos: cristos, vírgenes y banderas patrias.



Pero también vi a un grupito de nietos de vencidos caricaturizando, hasta la blasfemia, el camino al calvario: disfrazados de romanos y arquitectas sexis, golpeaban a un cristo bufo por la ronda de Atocha, mientras pedían plata a la gente.
Hoy caminé por Lavapiés, antigua judería, barrio tradicionalísimo y, actualmente, barrio de inmigrantes. Allí está el verdero espíritu de esta ciudad y no en los lavadísimos edificios de la Castellana.
Vi ahí mi primera casa okupa.
Vi también a la policía y a los paramédicos, llevándose a un viejo mendigo, que murió al sol de una plaza.
Me ofrecieron coca, hash, marihuana.
Por primera vez, sentí claustrofobia urbana, para donde caminara encontraba multitudes que esperaban la procesión: desde católicos observantes, hasta turístas odiosos... no sé a quienes soporto menos...
Y, como gran final, casi al llegar a mi casa, encontré esta joyita en el metro:



Hoy entendí esa frase, acuñada por esos lúnaticos vividores (bellos como ángeles fieros) de la movida madrileña: Madrid me mata...

sábado, 4 de abril de 2009

Vuelvo

Vuelvo luego del estupor, la tristeza y el silencio respetuoso ante una de las pocas muertes que tiene sentido.
Vuelvo en medio de la vorágine de una tesis que (¡horrible destino!) es una de las pocas cosas que da sentido a mi vida, por ahora.
Vuelvo también para intentar exorcizar, en algo, esta nostalgia inmensa por Quito... intentando caminarla con mis palabras... habitarlo desde mi melancolía... construirlo desde mi discurso... por eso cuento los días que me separan de ella, de volver a hacer mis rutas, de contarle a la gente por qué amo a esa ciudad... Aunque las instituciones oficiales no nos paren bola... aunque prefieran siempre aceptar proyectos de grupitos de artistas de tele para crear personajes tradicionales... aunque no tengan idea de nada...
Vuelvo porque estoy mamado de escuchar a mis coterráneos acá despotricar contra un país que algo les habrá dado, porque estoy harto de ver a la gente deslumbrada por el dinero... y unas cuantas ruinitas... y vuelvo porque creo que allá está todo por hacer...
Vuelvo al país de los colibríes... con más ganas de hacer cosas, de armar proyectos, de cumplir sueños...

domingo, 22 de marzo de 2009

Ofelia city (una más)

La mañana se ha roto en miles de pájaros funestos. Todo se va cubriendo de alas que se baten, de plumas, de guano brillante. En las plazas es imposible caminar entre tantos pichones que devoran la basura. La ciudad es un espejismo de proyectos urbanísticos y pasos elevados. Pero he dicho que la mañana se ha roto en mil pedacitos de color acerado. Pareciera que nunca se hubiese hecho la luz. Las luminarias de la calle aún permanecen encendidas y los borrachos de la madrugada aún se obstinan en beber sus nostalgias.

Sentado en la acera, solo, en medio de una tormenta, recuerdo a todos los que compartieron su infancia conmigo. Hace poco encontré al Funda. Lo vi mucho mejor. Fue desintoxicado por una secta evangélica y lo han convertido en un pelele que solo atina a recitar versículos. Pero lo mantienen con vida. Cuando intentó convencerme de que jehová tenía un plan específico para mí, le di un enorme abrazo y me marché. No soporto ver lo que la vida ha hecho con aquellos a quienes quise. Lo que ha hecho conmigo, también. Es una broma gigantesca.

¿Qué me queda? Esta ciudad, una crónica de vidas que se construye, destruye y restituye hasta el infinito. Un monstruo de concreto y asfalto que se va expandiendo por los valles que, hace mucho, fueron verdes y generosos. El paisaje se va llenando de grandes depósitos industriales, y chimeneas, y autopistas cada vez más rápidas. Y aquí me quedo yo, anacrónico, como único vestigio de un tiempo que está comenzando a irse. Es divertido constatar que hablas en un lenguaje que los más jóvenes ya consideran pasado de moda. Muchas cosas que recuerdo con cariño, son completamente desconocidas para ellos. Alguna vez, un adolescente punk me encontró por la calle, escuchando a los pistols en mi ipod.

- Oye, ¿qué escuchas?
- Punk.

Primero fue el gesto de incredulidad, y luego la satisfacción de saber que teníamos algo en común.

- ¿Qué grupo?
- Sex Pistols.
- (…)
- ¿Nunca los has escuchado?

Misericordiosamente, le paso los audífonos. Los toma con curiosidad y escucha atentamente. Luego hace una mueca irónica y me los devuelve.

- ¡Suenan muy viejos!

lunes, 9 de marzo de 2009

A.C. in memoriam...

Al final de todo solo queda el silencio. Imperturbable desde el origen de las cosas.
Este blog, y su autor, hacen un homenaje al amigo, al funámbulo y al prestidigitador. Al lector insaciable de libros de caballerías y literatura medieval. Al señor conde de Krutoy, a Crestnor Datsá, al compañero de esa aventura desmesurada que fue la revista Ourovourus.
De ese "monstruo de la naturaleza", solo me queda el recuerdo de sus dedos acercándose amenazadoramente a mis cachetes, para aprisionarlos entre ellos, como si fueran una tenaza, y saludarme con su conocidísimo: "ñigo, ñigo, ñigo..." o su muy irreverente "soy un poeta radical, con un tatuaje tribal..." con el que me hacía morir de iras. Nos quedan también algunos textos dispersos que dan cuenta del que fue un poderosísimo intelecto...
Ahora es uno más de la ya larga lista de queridos amigos que decidieron salir de esta vida por sus propios pies... y él nos ganó la partida final, pues -tal cómo lo planeábamos en nuestras interminables borracheras (aunque él era por demás sobrio)- conseguirá permanecer adolescente por siempre... mientras que al resto no nos queda otra cosa que vivir este simulacro...
Eso es lo que resta... y para nosotros, los vivos, los que sentimos esa pérdida como una mutilación, como un suave dolor que corre por el cuerpo... un abrazo desde acá...

Breve actualización: me han hecho llegar la dirección del blog donde está la última carta de mi amigo. Creo que es un texto inteligente, sereno y estético. A mí me reconforta leerlo. El pana jamás dejó de ser quién siempre fue. Y eso se respeta mucho...
Nueva actualización: he encontrado varios homenajes para Andrés... lo que da cuenta del hermoso ser humano que es, porque está allí, en la memoria y el cariño de los que lo conocieron... pueden verlo aquí, aquí y aquí...

martes, 3 de marzo de 2009

Malinchismo

Siempre me ha seducido este concepto tan mexicano. Y a pesar de que Octavio Paz y Carlos Fuentes ya lo han reflexionado, yo me atrevo también a hacerlo. Muchos historiadores ya han redimido la imagen de doña Marina, como la de una mujer de su época, como hija noble de un pueblo sometido, atrapada en el enfrentamiento de dos imperios... pero el concepto de malinchismo sigue vigente. Yo lo entiendo como una actitud frente al otro, al foráneo. Como una forma colonialista de relacionarse con el mundo. Y así como parte del mundo "occidental", europeo y norteamericano, mantiene una visión de "conquistador civilizado" que tiene que expandir su verdad, a sangre y fuego, muchos de nosotros mantenemos una actitud de "buenos salvajes".
Empezaría por ese "nosotros" que, sospecho, utiliza perversamente el "nosotros" excluyente del quichua. Muchas veces he escuchado, en mi país, algo como: "es que así somos nosotros, por eso seguimos siendo tercermundistas", seguido de un profundo suspiro. Ese "nosotros" evidentemente implica un "yo me excluyo, pero digo nosotros para no sonar tan mal". Si esto ya me saca de casillas, es peor escuchar el "es que en Europa (o Estados Unidos) no es así". ¡Acabáramos! es cuando me dan unas ganas de darme la vuelta y decirle "entonces vaya usted para allá y viva feliz entre sus iguales".
Siglos y siglos de convencernos de que somos menos que el resto ha hecho sus estragos: familias que se entregan con pasión al "gringuito" o "gringuita" que uno de sus vástagos ha logrado cazar y casar, "para mejorar la raza"; operaciones de nariz de nuestros connacionales en Europa, para verse más "bonitos". Incluso hay quien aconseja que es mejor presentarse como colombiano, o mexicano, o cubano, o lo que sea... menos como ecuatoriano, "para ligarse chicas".
Y la culpa está, completamente, en nosotros. Yo, por lo menos, ya estoy harto de escuchar a un montón de gente despotricar contra la llacta, deslumbrados por Europa. Y no se puede negar que acá algunas cosas están mejor. Pero de ahí a idealizarlo todo... acá también hay pobreza, acá también hay problemas... si uno ha decidido quedarse acá, pues tiene todo el derecho... pero echar mierda sobre su país, eso no me parece justo...
Releo la entrada, y me doy cuenta que va evolucionando hacia un hate blog... pero ya nada...
Me molesta también otro grupo de navegantes de internet... adolescentes hijos de emigrantes que saturan de comentarios racistas el you tube, o los blogs. Uno busca a... Segundo Rosero, por ejemplo, y por allí salta un comentario: "son indios susios, por eso son así, feos..." uno abre el perfil y es alguien que invariablemente vive en España o Estados Unidos. ¿Los culpo a ellos? Para nada... son el resultado de siglos de acomplejamiento y que aún responden a la vieja máxima de "longuéalos para que no te longuéen a ti".

jueves, 26 de febrero de 2009

Francis Bacon

Para los que aún creen que el arte tiene que ver con lo bello, lo bueno y lo virtuoso.
Para los que creen que es una buena táctica avanzada de apareamiento.
Para quienes el arte les tiene que contar cosas.
Y para los artistas "loquitos", que piensan que fumándose todos los porros del mundo, y bebiendo como benditos (excluyo de aquí a mi pana el Ebrio, que es ebrio primero... y poeta después...), y sufriendo mucho al calor de su café, en su cafetería intelectualoide, escribiendo puemas para conquistar a peladitas tan insulsas como ellos...

No les recomiendo a Francis Bacon.

De lo contrario le va a pasar lo que a muchos en el Prado... el choque brutal que implicó encontrarse con una obra tan dura, tan cruda... Hubo gente sincera, como las viejitas que despotricaban contra la muestra:

- No me gustó para nada.
- Pero... yo pensé que era algo distinto... es tan famoso...
- Pero es un horror, parece carne muerta.



Ellas, sin saberlo, llegaron al fondo de esta obra. Más que los pedantes que, para no quedar mal, salen con cosas como "¡magnífico!" "¡qué estilo!" u otras palabras tan huecas como esas. Porque sí, acá pasa igual que allá... el arte está desarticulado trágicamente de su público...

Ver una muestra tan completa de mi pintor favorito, con pequeñas muestras de cada una de sus etapas pictóricas, fue demasiado intenso. Poder observar de cerquita el trabajo minucioso de cada cuadro, los diferentes experimentos para lograr esos efectos tan brutales con los óleos (en un solo cuadro se podían ver cuatro o cinco maneras distintas de colocarlo en el lienzo). Contemplar las obsesiones del artista: perros, seres de rostros desmembrados, su gusto casi morboso por bocas y colmillos, hombres en penumbra, rostros que parecen barridos por una enfermedad repugnante, carne, grasa, cartílago... y el cuadro del papa Inocencio X, de Velásquez, que va a versionar durante décadas...



todo estaba allí... su paso de colores básicos, planos, brillantes (naranjas, rojos y amarillos), a los fríos verdes y azules oscuros... para terminar en esa suerte de colorido pop, de los últimos retratos. Su pasión por el cuerpo en movimiento, por la crueldad de la época que le tocó vivir.

Bacon es el pintor de una época en que ser pintor estaba dejando de estar de moda.
Bacon es el cronista de una civilización deshumanizada y cruel.
Bacon es el narrador horrorizado de la fragilidad humana, pues debajo de nuestros perfumes, y la ropa, y los títulos, y los nacionalismos... estamos nosotros...

los animalitos en la mesa de disección...

martes, 24 de febrero de 2009

El camino de Santiago

Compostela es piedra y silencio. Mientras caminaba por las callejas estrechas intentaba imaginar el número inacabable de peregrinos que han atravesado Europa (y la Mar Océano) para llegar aquí. Justo aquí. Ahora soy yo quien llega a la fachada de la Catedral. Pero no busco los huesos del Apóstol, ni es mi interés fotografiarme abrazado a la escultura de Santiago. Como el personaje del cuento de Alejo Carpentier vengo a encontrarme conmigo. Alguien me cuenta de la tradición respecto a cierta torre, rematada por una forma piramidal: su semejanza con las construcciones mayas, aztecas o quechuas hace creer a algunos que fue construida como un faro que iluminaría la evangelización de las Indias Occidentales.
Santiago es una figura muy interesante. Patrón de España, dio su nombre a un montón de ciudades americanas con el apellido local... ciudades mestizas, al fin y al cabo: Sanitago de Cuba, Santiago de Chile, Santiago de Quito (esa ciudad primigenia que nos une para siempre: el apellido se quedó en la sierra, con el nombre de San Francisco de Quito; el nombre se asentó junto al río, en la costa, y tomó un nuevo apellido local: Guayaquil.)
Santiago tembién es el patrón militar de los españoles. ¡Santiago y cierra España! ¡Santiago y a ellos! Esta figura me parece menos loable, durante mucho tiempo fue el símbolo del odio: Santiago Mata-moros es una iconografía muy representada en ambos lados del océano (pueden hallar un cuadro en el convento de San Francisco, en Quito). Pero en la Catedral del Cuzco hay un cuadro similar, solo que bajo los cascos del caballo de Santiago no hay moros... sino huestes imperiales: Santiago mata-incas. Y en el museo de arte republicano del Banco Central del Ecuador se halla uno más curioso todavía: los enemigos están vestidos de granaderos independentistas: Santiago mata-patriotas.
Compostela no deja de sorprenderme. Aunque el grupo escultórico que vine a ver, el pórtico de la Gloria (s. XIII), estuviese en restauración y completamente cubierto por plásticos.

Pongo esta foto... de puro picado...

Mientras visito el claustro principal se me acerca un sacerdote, bastante mayor.

- ¿De dónde es usted? ¿De latinoamérica?
- Sí, vengo de Ecuador.
- ¿De qué parte?
- De Quito...

De pronto, sus ojos se iluminan "¿De Quito? ¡Yo conozco esa ciudad!" Y luego me explica que estuvo allí, en una exposición sobre Santiago en el arte latinoamericano. Conoce mucho de la ciudad y se sorprende de que yo conozca también algo de ella. Le menciono que vi en la biblioteca arzobispal una edición princeps del "Gobierno Eclesiástico-Pacífico", de Gaspar de Villaroel (obispo quiteño). Él me comenta, con orgullo, que también poseen una copia del "Itinerario de párrocos", de Alonso de la Peña y Montenegro, décimo primer obispo de Quito, oriundo de Padrón... y me cuenta que el pueblo está muy cerca de allí, que se conserva la casa que levantó el obispo, y la tumba que nunca ocupó... que la gente aún lo llama "capilla del obispo de Quito".
Mientras conversamos me lleva a los archivos, me muestra algunos manuscritos y, finalmente, me regala un par de publicaciones históricas de la Catedral. Yo me siento honradísimo de su conocimiento de mi ciudad y de su aprecio por ella. Menciona la Compañía y San Francisco...

Nuevamente en la plaza, recuerdo el cuento de Carpentier. Justo allí, Juan el indiano, luego de su largísimo viaje por el Nuevo Mundo, se reencuentra con Juan romero, su otro más joven y sin toda esa experiencia de vida. Yo me hallo nuevamente aquí, más viejo y con algo más de experiencia... detrás de las chimeneas de Santiago de Compostela intento descubrir los Andes milenarios...

Arriba, es el Campo Estrellado, blanco de galaxias.
Alejo Carpentier

sábado, 14 de febrero de 2009

El bus ateo

Esta ha sido una de las cosas más tenaces que he visto en estas calles madrileñas.


La foto la tomé, sin permiso, de la página del bus ateo, pero cumplo con mi sagrada misión de hacer proselitismo.

¿Qué les parece? A mí me cogió de sorpresa, así que investigué a travez del todopoderoso google. Los cartelitos forman parte de una campaña de asociaciones ateas que buscan publicitar la idea. En principio me parece bien... Ya estoy hasta la coronilla de Testigos de Jehová timbrando a la puerta el domingo por la mañana... o de seudo-predicadores que, megáfono en mano, te gritan la fe en el oído... toda la gente de "fe" se "sabe" poseedora de la verdad y, por tanto, de trasmitirla (imponerla) al resto. Y esto de la verdad es cosa jodida... se han producido más guerras por eso que por otras razones más estéticas (la mujer más hermosa de la Hélade, por ejemplo)
La cosa es que no entiendo el revuelo que los dichosos carteles han levantado... toleramos a todos los religiosos, hasta a esos "pare de sufrir" y a los fundamentalistas libertarios-liberales-anticomunistas de la patria (que son más beatas que mi abuelita), pero cuando el que va a predicar su "fe" es un ateo... ahí sí ¡no! ¡qué horror! ¿qué será de nuestra gran civilización occidental y cristiana?
Como dije, no me gusta la imposición de ideas. Menos todavía cuando uno mantiene una situación de poder (creo que nunca mis alumnos escucharon sobre mis convicciones políticas o religiosas). Pero cuando se da en igualdad de condiciones (aunque esto no es nada frente al dinero y las relaciones que tienen las diferentes iglesias)... pues nada...
Y como me dice una amiga católica: "cuando te mueras nos veremos"... pues no creo que eso suceda...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sobre la memoria y libros viejos

Durante una semana estuve metido en archivos históricos de mi ciudad. De esta experiencia he sacado dos conclusiones:

1) La investigación histórico-artística es algo a lo que me quiero dedicar en la vida, así uno mi profesión a mi carrera de historiador frustrado.
2) La memoria de un pueblo es fragilísima.

El ejemplo es el fondo antiguo de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, que actualmente se halla en reestructuración. Hay allí algunas prácticas que, la verdad, horrorizan. Durante muchos años la Biblioteca Nacional se ha usado como biblioteca pública. ¿Qué significa esto? Que muchos muchachos van allá para estudiar. ¿Cuál es el problema? Muchos siguen usando la práctica de, para ahorrarse fotocopias, arrancar la página entera. De principio uno puede decir: "eso pasa siempre". Y es cierto. Lo terrible es si lo hacen en un periódico de 1912, o en una edición princeps (primera edición) de un libro de autor ecuatoriano.
La cosa es que fui a buscar un manuscrito del siglo XVIII, que contiene ciertas obras tearales que me interesan. El museo del libro de esta biblioteca conserva parte de lo que fue la gran biblioteca de los jesuitas, la otra parte está en la Universidad Central y en bibliotecas particulares.
Lo primero que me llamó la atención es el enorme tragaluz que se abre sobre estos libros del XVI, XVII y XVIII, friéndolos bajo el sol equinoccial. Muchos libros están en buen estado, otros se están destruyendo, a pesar de las buenas intenciones de las personas que los cuidan. Aún se necesita una decisión estatal.
Vuelvo a mi historia: después de un día de búsqueda, por fin encontré el manuscrito. ¡Qué emoción! Allí estaba...



tener entre las manos un texto escrito en 1732 me hace sentir un poco aventurero, como Indiana Jones... con máscara y guantes. Ir descubriendo cómo vivía el autor, entre Quito y Riobamba, es bacansísimo.
No nos queda sino esperar que los planes de salvamento de este fondo lleguen a feliz término. Eso y no pensar en la cantidad de documentos que se estarán destruyendo en el resto de los archivos del país. Es como un alzheimer nacional...

jueves, 29 de enero de 2009

Otra entrada vanidosa...

Navegando por allí me encontré con un video que se filmó hace unos dos años, como parte del proyecto de la Corporación Metropolitana de Turismo, para promocionar la ciudad en el mundo. Los productores decidieron trabajar con Quito Eterno, el proyecto educativo de mis amores. Lastimosamente, en youtube solo se consigue la versión en inglés, pero las tomas son muy bonitas. Además podrán ver allí a algunos de los personajes de leyenda: el tallador, Manuela Sáenz, la princesa Quilago, la Torera... y a su servilleta, como el Supay... Y de yapa: algunos testimonios de personas valiosísimas que han dedicado su vida a conservar la memoria del patrimonio tangible e intangible de la ciudad. Algunos de ellos nos honran con su amistad y, en Quito Eterno, los consideramos nuestros maestros en esta aventura de descubrir quiénes mismo somos. Allí está doña Ximena Escudero, autoridad de la historia del arte quiteño; el doctor Julio Pazos, mi profesor de la universidad, poeta y experto en cocina tradicional (hace un rosero de lujo...); don Édgar Freire Rubio, librero de los que ya no hay y san roqueño de pura cepa... y la madre Michita, del monasterio de Santa Catalina de Siena, la monjita más entrañable de la ciudad, repleta de historias y guardiana del arte del convento...
Solo he subido una de las tres partes, para que se cargue rápido la página... igual pueden ver las otras dos ahí mismo. No se lo pierdan: a la distancia se me hace más hermosa la ciudad que voy aprendiendo a amar.

jueves, 22 de enero de 2009

Francisco Granizo (1928-2009)

Desperté hoy (en horario de estas tierras) con la noticia de la muerte de quien considero uno de los mejores poetas ecuatorianos de los últimos tiempos y, en lo personal, un modelo de ética literaria. Francisco Granizo, quien nació en Quito y estudió en el colegio San Gabriel, siempre fue un escritor en el margen, fuera de los grupos de autoalabanza, reacio a la promoción constante y desesperada de su propia obra. Características tan comunes entre los puetas de ahora... y de siempre. Sobrio (en un sentido absolutamente poético) y profundo, su trabajo denota un cuidado constante en la palabra: ritmo y sonoridad que no terminan por destruir un discurso poético, palabras e imagenes que no se convierten en un amontonamiento absurdo.
Bueno, como siempre, no será una noticia demasiado importante. Los busetos preguntaban en su blog sobre las causas de la ausencia ecuatoriana en los grandes festivales y ferias literarias. Yo creo que es porque nuestra literatura carece del lector más importante: el ecuatoriano. Pero eso es tema de otra entrada. Y como dijo mi querido amigo, elvásconez: que la tierra te sea leve, Francisco...

Méteme, Dios, en la celada celda.
Insaciable, celoso,
muerde la entraña, Dios,
bebe, mi pozo
olvidado y profundo, te estremezca
la vasta sed de gozo.

("Nada más el verbo")

El puema...

A veces uno se aferra a sus amores adolescentes, aunque hayas tenido otras experiencias iguales, o mejores, que esas primeras. Siempre he sido un lector apasionado de puesía, y no por esnobismo (sé que es el "género" de más difícil lectura, si excluimos los cláaaaasicos poemas romanticones), sino porque me encanta que un texto me vacíe, que sus imágenes me seduzcan y me dejen arrasado, sin ganas de hacer o decir nada. Creo que esa es la función del puema: que te sacuda en un mar de sensaciones. Y ojo que no digo sentimientos, ese es uno de los peores errores de nuestros profesores de secundaria, que nos enseñan que la poesía consiste en expresar sentimientos, mientras se tuerce los ojitos y se suspira un montón... y terminamos de borronear estrofillas (o cancioncillas) que dicen cosas como: amo tu maldita indiferencia que destruye mi maldito corazón en esta maldita soledad...

Y cuando llegamos a los verdadero puetas, nos quedamos sin saber qué carajos es eso que no nos enamora ni nada...

He transitado por esa puesía muuuuy intelectual (y la he disfrutado), pulida en su sonoridad hasta la música... repleta de guiños filosóficos, teológicos e históricos... poemas que reflexionan sobre la inutilidad de la poesía, sobre la tragedia del papel en blanco, sobre las palabras que envuelven el silencio...

Pero siempre volveré a textos como este: salvajes de tan repletos, desmelenados, abundantes, corrosivos, repletos de imágenes sugerentes...

Así que, sin más... un pedacito del canto I del Altazor, de Vicente Huidobro, un texto que -como en un buena relación de pareja- aún me hace la piel de gallina, a pesar de que nos conocemos aaaaños:



Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las alturas del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza
¿En dónde estás Altazor?

La nebulosa de la angustia pasa como un río
Y me arrastra según la ley de las atracciones
La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad
Siento un telescopio que me apunta como un revólver
La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad
Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible

Altazor morirás Se secará tú voz y serás invisible
La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa
Temerosa de un traspiés como el equilibrista sobre el alambre
que ata las miradas del pavor
En vano buscas ojo enloquecido
No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas
Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar
¿No ves que vas cayendo ya?
Limpia tu cabeza de prejuicio y moral
Y si queriendo alzarte nada has alcanzado
Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al enigma de ti mismo
Acaso encuentres una luz sin noche
Perdida en las grietas de los precipicios

domingo, 18 de enero de 2009

Ofelia city

El sentido de oportunidad se me escapa entre sonrisitas nerviosas. Cuando una mujer me observa fijamente (que, a decir verdad, es casi nunca) yo miro rápidamente hacia otro lado. ¿Por qué no puedo sostener esa mirada? Es una pregunta que suele ser mejor no contestar., de esas que se dejan por allí, almacenadas junto a los rencores viejos. Encuentro a Flavia conversando con una amiga, mientras bebe cerveza y fuma un cigarrillo. Es posible que pierda nuevamente, que se me escape en la conversación animadísima que sostiene en ese momento.
Persigo a una party animal y no sé que tanto me guste eso. No soy una persona nocturna. Pero mi obsesión se desliza entre las noches de esta ciudad, recorriendo las calles iluminadas por los escaparates de los bares de moda. Y yo no salgo por la noche. A riesgo de sonar obvio, me estoy volviendo noctámbulo: poco a poco voy conociendo cada barra de Ofelia City. Quitodeldosmilseis. No podría recordar los lugares a los que me ha sido negada la entrada. Supongo que hay algo en mí que provoca el rechazo inmediato de los gorilas que siempre vigilan las puertas. Debo apestar a pobreza. Siempre me observan desde sus enormes cabezas, rapadas y simiescas.

- Estamos llenos.

Echo una rápida mirada hacia adentro y alcanzo a ver a no más de veinte personas.

- No hay nadie adentro.

El animal empieza a colapsar. Busca el pretexto ideal y solo alcanza a hallar el menos estúpido.

- Fiesta privada.

Así que me quedo fuera, esperándola.

Ella sabe que estoy allí, y se divierte estirando el tiempo, riéndose bulliciosamente para que la oiga, para que desespere afuera, en el frío de una noche que se me va haciendo más pesada. Luego se despide de sus amigos, de todos, uno por uno. Los besa, abraza, pellizca y acaricia. Finalmente sale y hace como si fuese una sorpresa encontrarme allí.

- ¿Me estabas esperando? Pobrecito…

jueves, 8 de enero de 2009

¿Estamos locos? (La palabra en movimiento: última llamada)

No había subido este último texto, porque lo consideraba bastante extemporáneo. Pero creo que ahora existe una coyuntura ideal. Así que lo subo, con varias actualizaciones (en cursiva) y así, cierro definitivamente y sin remordimientos (fuera de algunos comentarios valiosos) el otro blog.

Está chévere todo este asunto del artista... esta suerte de evasión en que se convierte la dinámica misma del oficio. Todos apretamos los dientes cuando cobramos dinero (¡dinero real!) por nuestra obra, así sea por parte del revolucionarísimo y bolivarísimo gobierno del compañerito... Y mantenemos intacto el discurso de "pureza de la poesía" (Por lo menos a mí, cada vez que oigo la palabreja, me suena medio neonazi...)

¿Es posible que un montón de políticos maniáticos se aprovechen de un congreso de movimientos sociales, sea cual sea su filiación política, para espiarlos y esperarlos en las fronteras? Despachan a unos cuantos estudiantes de la UNAM en Sucumbíos (frontera norte) y apresan a una muchacha en Tumbes (frontera sur). Y, a pesar de que algunos mexicanos y la chica peruana ejercían el no muy noble oficio literario... nadie dice nada, por lo menos no en mi país.

¿Es posible que, en Medio Oriente (y en muchas otras partes del mundo), la vida humana valga tan poco? ¿Que un pueblo de tal refinamiento y tal sensibilidad teológica, literaria, filosófica y estética, haya descendido a un nivel tan escandaloso de cinismo? Yo mismo lo he dicho en otros blogs. El pueblo judío NO es lo mismo que el Estado de Israel. Y aquí me perdonarán algunos amigos y maestros, pero me parece excesivo el unir los colores del judaísmo (aunque sea en la bandera de Israel) con la svástica nazi, nada que ver, nada que ver...

¿Es posible que para muchos (periodistas respetables incluidos) la idea misma de "izquierda" sea una abominación, y que ser de "extrema izquierda" sea comparable a pertenecer a las mafias rusas, o al narcotráfico latinoamericano? Mientras que los partidarios de la extrema derecha, oscurantista, usurera y fanatizada, se llaman a sí mismos "libertarios".

¿Hacia donde dirigirnos entonces? ¿Hacia una libertad de mercado? ¿Hacia una libertad de las clases menos favorecidas donde todos tengamos derecho a morirnos de hambre? ¿O hacia la libertad del ajenjo, los paraísos artificiales y el arte por el arte? No veo que el ser humano aparezca por ninguna parte...

Dixi