sábado, 14 de abril de 2007

Blanqueamiento de los muros


En el atrio de piedra de la Iglesia de San Francisco, existe un lienzo de piedras rectangulares, regulares y simétricas. Uno puede observar piedras similares en la fachada. Pero, si el observador se acerca, descubre que esas divisiones son una ilusión: las formas rectangulares están talladas sobre las piedras verdaderas.
Algunos lo explican como un gusto propio de los arquitectos barrocos, yo prefiero una explicación más dolorosa, y ficticia talvez...
Los muros de Quito fueron blanqueados.
¿Piedras indígenas, disfrazadas de europeas? No, no es algo antojadizo. Si la gente se blanqueó, ¿por qué no pudieron hacerlo las piedras? Sorprende descubrir que un 60% (¡sesenta por ciento!) de ecuatorianos tiene apellidos españoles, cuando es obvio -por nuestra mezcla racial- que no poseemos tal porcentaje de sangre europea... Hemos ido escondiendo los apellidos más antiguos (y nobles) de nuestro país, por verguenza y racismo.
Aún van por allí los Chica Iza (hispanización de Chicaiza), los Giovannis y las Marjories... paseando nuesto temor a mirarnos en un espejo, y ver nuestro verdadero rostro...

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