miércoles, 31 de diciembre de 2008

Meditaciones de fin de año...

Sigo convencido que una de las mayores experiencias de la vida es la de viajar. Aprendes mucho, incluso más que en los libros -y no está bien que yo lo diga ;)-. Lo que me han dejado los viajes son recuerdos imborrables, y por eso me resisto a ser fotografiado o tomar fotografías porque es como caricaturizar lo que en verdad sentí, y lo que esos lugares me dejaron. Lo otro que me ha dejado esta trashumancia son excelentes amigos, a algunos de ellos y ellas los considero hermanos, aunque no nos hayamos visto en persona sino tres o cuatro veces. Madrid, el D.F., Bogotá, Cúcuta, San Cristobal, Quito, París, Sarajevo, Washington, Nueva York, Guayaquil, Lima, Barcelona... son lugares que han marcado mi vida y escenarios de laaaargas conversaciones que me han enriquecido como ser humano. Para todas esas personas entrañables, mi cariño.
Con ellos he descubierto que nos movemos entre estereotipos, de nosostros y de los otros, producto del sedentarismo. Descubro que acá (¿allá?) nadie está contento con lo que es, y disculpen si generalizo, pero es por teorizar, yo sé de las excepciones. El ecuatoriano odia ser ecuatoriano, tanto como el colombiano, el peruano, o el venezolano. Entonces empiezas a suspirar por vivir en ciudades (y países) de verdad: Buenos Aires o el Distrito Federal. Pero descubres con asombro que el porteño añora Europa (sus raices están en Italia o España) y el chilango echa pestes sobre su ciudad y su país, por su inevitable norteamericanismo. En España escuchas aquello que "Europa está del otro lado de los pirineos" y en Italia sucede algo parecido. Para muchos europeos, la cultura está en New York, y para muchos gringos, en Londres o París o Berlín. El extremo oriente es un gran desconocido, y el próximo es la antesala del infierno... y en áfrica... bueno, nos contentamos con ponerle el rotulito de "aquí hay tigres"... y a otra cosa, mariposa...
Por otro lado están los nacionalistas de pop rock, misses y selección nacional de fútbol... o de los otros: los que quieren regresar a la gran Audiencia de Quito y suspiran de amor por presidentes hiperconservadores como Don Gabriel García Moreno...
Yo no odio ser ecuatoriano, amo México, y Roma, y Bogotá... pero también amo Quito... me doy cuenta que nuestras formas de relacionarnos son diferentes del resto... pero que ya estamos acostumbrados a ellas y nos seducen... Conversaba con un amigo caribeño sobre la seducción en los Andes y para él resultaba increíble el asunto de "sí, pero no, pero yo no soy así, luego no me vas a tomar en serio... y apaga la luz..." o, resumido en una lapidaria frase de otra amiga (de un país hermano y andino) "pero ¿cómo se lo diste sin que te haya prometido nada?". Mientras me reía de eso, me daba cuenta que yo formaba parte de esa cultura, y que en verdad disfrutaba de ese juego de medias palabras y sobreentendidos (¡pero tengo mis límites, eh!).
En fin, no quiero ahondar más en eso, para no caer en la antipática discusión de los cerebros brillantes de la tierrita, sobre si hay que ser un escritor exiliado y telúrico...
¡Feliz año a todos!

3 comentarios:

Unknown dijo...

Esas medias palabras y sobreentendidos de las mujeres son lo peor. No me parecen románticas, sino aburridas, pero los hombres que se prestan (o nos prestamos) están peor todavía. Jajaja.

Feliz año Javier.

Anónimo dijo...

yo apenas soy un ser de rincones... amo ciertos rincones del Quito que me gusta... por lo demás, no me gusta vivir en esta ciudad... ni viviría al otro lado de los pirineos, ni en New York ni en el DF ni en Buenos Aires... vviiría en un pequeño pueblo no tan frío que eso sí, esté a unas cuantas horas de Quito pa verle de vez en vez al eQuipo...

por lo demás, es así como lo dices lo de viajar... y las medias palabras... bueno, a mí se me agradan la mayoría de las veces...

un gran año...

jpanchog dijo...

... pues que te digo mi amigo, cada lugar tiene su magia pero también sus problemas cada pueblo tiene algo bueno pero también algo malo, los ejempos sobran... yo amo a mi kito, pero amo más a la gente, a los latinos, a esos que con un tambor, o con algo de fútbol se pueden alegrar aunque la vida este dura....

y acá es como allá todos queremos estar tranquilos, amar a una mujer que te ame (o a un hombre según sea el caso) y en las mayoría de los casos no joder a nadier, ni que te jodan....

un abrazo negro y sigue enseñando...